Casi con toda seguridad, en algún momento de nuestra vida, nos daremos cuenta que estamos ante la primera situación que, sin pretenderlo, se nos volverá una “carga”. Quizá se trate de algo pasajero que resolveremos sin más, pero lo más probable es que no sea así. Es muy posible que sea el inicio de otras situaciones que se convertirán en nuevas e indeseables cargas. Es muy probable que hayamos dado el primer paso como consumidores de interpretaciones erróneas. Éstas cargas nos impedirán desarrollarnos como quisiéramos, ya sea como parte de una pareja saludable, como un trabajador en un trabajo satisfactorio, como mimbro de una familia funcional y de forma generalizada, nos impedirá mantener unos aceptables niveles de autoestima. La psicología preventiva nos puede ayudar a identificar esas cargas para así poder impedir que se asienten en nuestros patrones de conducta y de hacerlo, lograr superarlas.